Por: Everildo Gonzalez Alvarez
El 28 de Septiembre de 1810 a las nueve de la mañana y desde la hacienda La Burra, se presentó el parlamentario de Miguel Hidalgo que lo era el coronel Ignacio Camargo a la puerta de la Alhóndiga de Granaditas y entregó al intendente Riaño el siguiente documento de rendición:
“ Cuartel general de la hacienda La Burra, 28 de Septiembre de 1810. El numeroso ejército que comando, me eligió por capitán general y protector de la nación en los campos de Celaya , la misma ciudad a presencia de cincuenta mil hombres rectificó esta elección que han hecho todos los lugares por donde he pasado; lo que dará a conocer a V. S. que estoy legítimamente autorizado por mi nación para los proyectos benéficos que me han parecido necesarios a su favor, éstos son igualmente útiles y favorables a los americanos y a los europeos que se han hecho ánimo de residir en este reino, y se reducen a proclamar la independencia y la libertad de la nación; por consiguiente yo no veo a los europeos como enemigos , sino solamente como a un obstáculo que embaraza el buen éxito de nuestra empresa. V.S. se servirá manifestar estas ideas a los europeos que se han reunido en esa Alhóndiga para que resuelvan si se declaran por enemigos y convienen en quedar en calidad de prisioneros recibiendo un trasto humano y benigno .
Como lo están experimentando los que tenemos en nuestra compañía hasta que se consiga la insinuada independencia y libertad en cuyo caso entrarían en la clase de ciudadanos , quedando con derecho a que se les restituyan los bienes de que por ahora, para las exigencias de la nación nos servimos . Si por lo contrario, no accedieran a esta solicitud, aplicaré todas las fuerzas y ardides para destruirlos , sin que les quede esperanza de cuartel. Dios guarde a V. s. muchos años como desea su atento servidor. Miguel Hidalgo y Costilla. Capitán general de América “.
El Intendente Riaño procedió a consultar con las personas que se encontraban en la Alhóndiga y el capitán de la compañía, don Bernardo Castillo habló por los ahí reunidos y mencionó que preferían morir antes que ser hechos prisioneros y entregar sus bienes. En vista de lo anterior, Riaño se dirigió al insurgente Camargo y le entregó en un pliego su contestación a la intimidación de Hidalgo en donde mencionaba: “ Sr. Cura del pueblo de Dolores don Miguel Hidalgo . No reconozco otra autoridad ni me consta que haya establecido , ni otro capitán general en el Reino de Nueva España , que el Excmo. Sr. Don Francisco Javier Venegas , virrey de ella, ni más legítima reforma que aquella que acuerde la nación entera en las cortes generales que van a verificarse , mi deber es pelear como soldado, cuyo noble sentimiento anima a cuantos me rodean. Guanajuato, 28 de Septiembre de 1810. Juan Antonio Riaño.”
Después de entregar la carta, quedó resuelto el combate y se tomaron posiciones en el castillo de Granaditas y se dispusieron a la batalla de resistencia. Ese día a la una de la tarde , en las cumbres de las montañas que rodean a la ciudad , comenzaron a aparecer las primeras partidas insurgentes que sumaban 25 mil combatientes.
Se dice que el pueblo bajo de la ciudad se unió a Hidalgo y ya en la ciudad se abrieron las puertas de la cárcel y se dejó en libertad a los presos, muchos se unieron a la causa, así como los mineros de La Valenciana comandados por Casimiro Chovell.
En pleno combate, el Intendente Riaño recibió un balazo en la frente que le causó la muerte lo que aumentó el temor de los refugiados en la Alhóndiga, algunos de estos tomaron una bandera blanca y la presentaron en señal de rendición pero otros decidieron que continuarían el combate .
Hidalgo consideró que para tener éxito debían derribar la puerta principal para entrar y tomar el edificio por lo que mandó que se pusieran barrenos de mina para tumbarla. Los intentos por poner los barrenos fracasaron y fue entonces cuando se le acercó un barretero a quien apodaban EL PÍPILA quien se ofreció a poner los cartuchos de pólvora en la puerta y hacerlos estallar. Hidalgo accedió y entonces el minero se echó una loza a la espalda y llevando empuñada una tea , se llegó hasta la puerta norte de Granaditas , la embarró de aguarrás y le prendió fuego , las llamas hicieron acto de presencia y mas la explosión de la dinamita, la puerta cedió y calló.. Eran las cinco de la tarde cuando ya La Alhóndiga de Granaditas había caído en manos insurgentes y empezó de lo que Hidalgo era enemigo, el saqueo.
El 30 de Septiembre, Hidalgo promulgó un bando en el que castigaba con la pena de muerte a los ladrones . En Guanajuato instauró los ayuntamientos y el 8 de Octubre dejaba esa hermosa ciudad para dirigirse hacia la no menos hermosa ciudad la ahora Morelia pero que en ese entonces se llamaba Valladolid.
Conveniente detenernos un poco a conocer de la vida de quien La Junta de Cádiz nombró Virrey de la aun Nueva España y que con tanta saña persiguió a los que solo querían la libertad, ya no depender de un gobierno extranjero y buscar que los mexicanos tuvieran mejores condiciones de vida. Francisco Javier Venegas de Saavedra y Ramírez de Arenzana, marqués de la Reunión y de Nueva España, nació en Bujalance, provincia de Córdoba en 1754 , y murió en la capital Madrid en 1838, fue un oficial de la Armada Española, destacado militar español y Virrey de Nueva España desde el 14 de septiembre de 1810 al 4 de marzo de 1813, durante la primera fase de la guerra de Independencia de México. Le fue concedido el Marquesado de Reunión de Nueva España el 11 de octubre de 1816.
En 1810 fue nombrado gobernador de Cádiz, donde se encontraba la sede del gobierno español que se resistía a las tropas francesas. Estuvo en este puesto hasta que la Junta de Cádiz lo nombró Virrey de Nueva España.
Compilación México a Través de los siglos y de Hidalgo de Juan N´Chavarri
Continuará
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