Por: Everildo Gonzalez Alvarez
Hidalgo no cejaba en su empeño de criticar en público a las instituciones coloniales y esto originó que su ayudante lo denunciara al Santo Oficio y nuevamente se le siguió un proceso de herejía. Hidalgo no descuidaba las fuentes de empleo que había establecido en una amplia región de Dolores, pero ya después, en el patio del curato, en el jardín de la población o en cualquier lugar de reunión, entablaba alguna discusión que encaminaba en forma hábil hacia el tópico de actualidad: al del mal gobierno y las disposiciones arbitrarias que imponía a la colonia. Su interés en lo que sucedía en la Nueva España, iba en aumento y, su malestar crecía al enterarse de cómo a los ciudadanos pobres, a los humildes se les maltrataba.
Desde unos años, después de la conquista y hasta los tiempos de Hidalgo, la sociedad estaba dividida en tres clases: los blancos o españoles, los mestizos--- hijo de español e indígena--- y los indios, en ocasiones también se consideraba al castizo que era hijo de mestizo y español. Los españoles constituían la décima parte de la población total de La Nueva España pero aun con ese bajo porcentaje de población, tenían en sus manos la mayoría de las propiedades del país. Los indios y las castas constituían el 90 % de la población, pero principalmente los primeros eran enviados a trabajar en las minas en donde el promedio de vida no pasaba de los cuarenta años; otra inmensa mayoría servía de esclavos en las haciendas en donde bastaba algún pequeño error o falta para que fuera azotado hasta sangrarlo o de plano se le mataba. A los llamados castas se les tenía limitados a ciertas actividades pero los pretextos no faltaban para enviarlos a La Santa Inquisición donde el tribunal determinaba su castigo.
En las charlas que llevaba a cabo Miguel Hidalgo, comentaba que los males que se tenían en la Nueva España, en mucho se debían a la desigualdad social que se tenía en el sistema colonial y feudal y señalaba las humillaciones de los indios y castas, el dolor , su ignorancia y por sobre todo, su miseria . No dejaba de mencionar Hidalgo que los privilegios que la ley concedía a los indios mas bien los perjudicaba.
El Licenciado Verdad encabezó una insurrección en 1808 pero en la madrugada del 16 de Septiembre fueron descubiertos y junto con un grupo de españoles y criollos, fueron aprehendidos. Pero la noticia del levantamiento avivó en Hidalgo la idea que ya traía de lograr la independencia dela Nueva España..
Por ese tiempo, se encontraba en San Miguel el Grande el capitán de Dragones de la Reina, Don Ignacio Allende y frecuentaba al pueblo de Dolores donde conoció y entabló amistad con el cura Hidalgo y sus pláticas las encaminaban a la necesidad de cambios en La Nueva España, logrando un acuerdo para ir por tal fin.
En Huango estaba como cura el Licenciado don Manuel Ruíz de Chávez que era pariente de Hidalgo e invitó a éste a tomar parte en las conspiraciones que en la ciudad de Valladolid se llevaban a cabo. El 21 de Diciembre de 1809, que era el día en que debía estallar el movimiento , el asesor de la Intendencia mandó aprehender a los conspiradores entre los que se encontraban Mariano Abasolo e Ignacio Allende y se dice que uno de los traidores fue Agustín de Iturbide, por cierto que varios años después, este personaje fue el que dispuso que los colores de la bandera fueran los actuales. Verde, blanco y rojo.. Todos fueron recluidos en el convento del Carmen y después fueron enviados a México en donde convencieron al Arzobispo Lizana de su inocencia y éste mandó sobreseer la causa y poner en libertad a los acusados.
Por ese tiempo, Agosto de 1810, el nuevo virrey, don Francisco Xavier Venegas, tomaba posesión del gobierno y en Querétaro un movimiento subversivo se fortalecía teniendo como fin lograr la independencia de La Nueva España, quien estaba al frente del movimiento era una persona que ya había participado en la conspiración a que hago referencia líneas arriba, era Ignacio Allende. Y bueno, Allende invitó al cura Hidalgo a participar en el movimiento , además estaban ya la esposa del corregidor de Querétaro, Doña Josefa Ortiz de Domínguez, José Mariano Abasolo, Ignacio Aldama , Lorenzo José Parra, el doctor Iturriaga, el presbítero José María Sánchez los comerciantes Epigmenio y Emeterio González , algunos eclesiásticos y gente del pueblo, principalmente de Dolores. . Se tenían tres lugares de reunión: en Querétaro, en Dolores y en San Miguel Allende.
Tanto por parte de los españoles como de los que estaban en el movimiento de independencia, se hacían preparativos, los españoles para sofocar el movimiento que ya corría de boca en boca por toda la colonia y la de los conspiradores para acelerar los preparativos pues habían fijado como fecha en que estallaría el movimiento el primero de Octubre de ese 1810 . Hidalgo queriendo ganarse la confianza y adhesión del batallón provisional de infantería de Guanajuato, mandó llamar a Dolores al tambor mayor y maestro de música el señor Juan Garrido y a los sargentos Domínguez y Navarro., ya en el curato, Hidalgo les habló del plan independentista y los invitó a unirse proponiéndoles además hacerlos oficiales de su batallón, se dice que todos aceptaron , pero para el 13 de Septiembre, Juan Garrido denunció al intendente de Guanajuato Riaño lo sucedido en Dolores, dándole a conocer nombres de quienes estaban en la conspiración así como los lugares de reunión y le entregó sesenta pesos que Hidalgo le había entregado para sobornar a la tropa Riaño envió orden al subdelegado en San Miguel de que aprehendiera a Allende y Aldama y que en Dolores hiciese lo mismo con Hidalgo y que diera los nombres de los conspiradores al corregidor Domínguez de Querétaro. Cuando el corregidor fue informado de los hechos, procedió a catear la casa de sus amigos Epigmenio y Eleuterio González pues le informaron que ahí había armas, al mismo tiempo procedió a encerrar a su esposa Josefa Ortiz de Domínguez en una habitación temeroso de que cometiera alguna imprudencia . Efectivamente al catear la casa de los González, su escribano descubrió armas y pertrechos por lo que ambos y toda su servidumbre fueron apresados.
La corregidora no podía hacer algo pues estaba encerrada pero recordó que en la parte de debajo de su habitación se encontraba el alcalde de la cárcel que formaba parte de los subversivos y que con anterioridad se habían puesto de acuerdo en que si algo pasaba , ella le avisaría dando tres golpes en el piso por lo que procedió a efectuar el llamado. El Alcalde Pérez acudió pero nada pudo hacer para dejarla en libertad pero sí fue notificado de que había sido descubierta la conspiración y de que partiera a San Miguel el Grande a dar aviso de lo sucedido a Ignacio Allende.
Compilación: México a través de los siglos de Vicente Riva Palacio y de Hidalgo de Juan N.- Chavarri
Continuará
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