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La Feria de la Fresa se empezó a organizar en el año de 1971, de la mano con la Iglesia Católica, Ayuntamiento y Comunidad Agraria, y de manera paralela en la plaza principal y en los capos de futbol “Amado Nervo”; posteriormente sólo en éstas canchas deportivas, pero los organizadores tenían que pagar el uso del terreno a la mesa directiva de la Liga Municipal de Futbol, que año tras año fue incrementando el precio de la renta, hasta que fue imposible cubrir la cuota, por lo que hubo necesidad de buscar otras opciones, como en terrenos de la Unidad Deportiva, allá, en la parte alta de la población; lugar que, por la oscuridad se teñía de color lúgubre, con tintes de inseguridad y con dificultades para trasladarse hasta ese sitio y más por la noche.


Fue así que tuvo que rentar la llamada Explanada del Princes, y rentaron también el terreno de Arturo Laris, que se encuentra hasta la fecha como un enorme baldío, ahí, donde se encontraba el Lienzo Charro “Carlos García Del Río, así como la radiodifusora XEQL; hasta llegar a organizarse ahora en el terreno del lado oriente, a espaldas de lo que sería un centro comercial que terminó siendo únicamente la tienda Sams.


Cuando la Feria de la Fresa se organizó por primera vez en la Explanada Princes, que usaban para organizar bailes, a uno de los funcionarios se le ocurrió la “estúpida idea” de “eliminar el Teatro del Pueblo” y con ello todas las actividades artístico culturales en las que participaban las escuelas de todos los niveles de estudios de la región, incluyendo ballets folclóricos procedentes de la región, de otros municipios y hasta de otros Estados de la República Mexicana.


Había concursos de canto y la presentación de artistas locales y regionales. Era el lugar donde se concentraba el pueblo; atractivo que culminó de “golpe y porrazo”, al asegurar el funcionario que tenía “vara alta en el Ayuntamiento” (me reservo su nombre), “que la cultura no vende”.


Otro factor, además de la ignorancia enmarcada con estupidez, que influyó para que desapareciera el Teatro del Pueblo, fue la creación la llamada Explanada de las Estrellas, que si bien es cierto que a veces no se cobra la entrada, sí obligó al incremento en el precio de la entrada principal del acceso a la feria. O sea, pudo más la comercialización para desgastar el bolsillo de la población, que la promoción artístico-cultural.


De tal forma fue como “se violó” el principio asentado por el Padre Luis Gustavo Franco Ramírez, creador de la Feria de la Fresa, en el sentido de no sangrar la economía del hogar, e inclusive propuso la “no venta de bebidas embriagantes”.


Hoy en día, la venta de productos alcohólicos, sirve, además de emborrachar al ciudadano, para que las policías y guardias de seguridad “hagan su agosto en pleno febrero”, llevándoselos presos para aplicarles multas en barandilla, para extorsionarlos o de plano para asaltarlos y despojarlos de sus pertenencias.


Antaño se organizaban también, de manera exitosa y a nivel nacional, los Juegos Florales, que eran aprovechados por poetas y escritores, hasta distorsionarse con la participación de “mercenarios de la cultura” que participaban solamente por los jugosos premios que se repartían, razón por la que fueron suspendidos.


También se organizaban los torneos de futbol, y basquetbol; así como carreras pedestres, de ciclismo, de burros y hasta de meseros, que también pasaron a ser parte de la historia.


Fue así como surgió el primer torneo de futbol de barrios, ahora suspendido por la serie de broncas y agresiones que se dieron en casi todos y cada uno de los cotejos, hasta que se convirtió en elevado riesgo para la integridad física de futbolistas y familiares.


Hay Feria de la Fresa, porque “al pueblo hay que darle pan y circo”, aunque lo que menos se exhiba y venda, es precisamente la fresa.

 

 

 

 

Edición: Leticia E. Becerra Valdez

 

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