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El proceso electoral del 2024, se presagia que será uno de los más inverosímiles que se hayan presentado, desde que se formaran los grupos políticos para colocar en el poder, tanto al gobernante, como al grupo de acompañantes, entre ellos: compadres, hermanos, esposas, primos, amigos y todos los etcéteras habidos y por haber, por diversos factores, de esos que se dan en el medio político, principalmente en nuestra nación, que está plagada de corrupción; palabra que abarca todo lo podrido, dañino y perjudicial que se pueda dar dentro del ámbito político.

Lo digo por aquello del asco que da ver, leer o escuchar absolutamente todo lo podrido que se menciona en los noticieros políticos, tanto en la prensa, en la radio, en la televisión, como en todas las ramificaciones de las redes sociales.
Destaca lo que ahora se denomina “precandidatos corcholatas” que, denominación que le dio el presidente AMLO a los “suspirantes destapados” para la Presidencia de la República, el caso es que todos los que se encuentran reconocidos como tal, se están dando hasta con la cubeta, lo que nos demuestra una vez más, que ahora la política es una práctica que realizan los politicoides, solamente para politiquear, y no para servir al país, sino para servirse con la cuchara más grandota. El ejemplo lo tenemos fresquecito con la situación que prevalece con Genaro García Luna, solamente por mencionarles un ejemplo.

Enseguida tenemos lo de la frustrada Reforma Electoral y los millonsísimos de pesos que se gasta en nuestro país, donde con nuestros impuestos “mantenemos” a holgazanes que se valen precisamente de la mal habida política, que es, de golpe y porrazo la más cara en toditito el mundo, donde la democracia tiene un altisísimo costo para todos los mexicanos que pagamos impuestos.

Y qué decir, estimados lectores, de los llamados plurinominales, que, con raras excepciones, solamente resultan ser un fraude para la población y una asquerosidad para el servicio público, porque éstos, por principio de cuentas, no son elegidos por nadie del electorado, sino asignados por los partidos políticos, a fin de colocar en la nómina a parientes, compadres, amigos y amantes.

Existen, sin embargo, plurinominales que sí desean trabajar, pero como son “de la oposición”, o contrarios al partido político que entra al gobierno, les asignan “carteras” sin mucha importancia, y por ningún motivo les son asignados recursos para los programas y apoyos que ellos proponen al Cabildo; por lo tanto, representan un fiasco total para los pueblos, Estados o país.

Otra lacerante y apestosa yaga en la política, es la gran cantidad de partidos políticos, que no propician otra cosa más que el desperdicio de miles de millones de pesos que se les otorga para “conservarlos con vida”, manteniéndolos de pu a pa, cuando en otros países como el vecino del norte, solamente son dos y ellos mismos consiguen los recursos económicos con lo que financian sus campañas, captando aportaciones económicas de simpatizantes y militantes. O sea, que allá no se les destina ni un quinto; mientras que en Cuba, solamente existe “un partido político” y todavía tiene que acudir la gente a votar de webis por el candidato único, que luego dice que “el pueblo lo eligió” (Ups).

Y ya para pararle con lo de nuestra asquerosa política nacional, lea usted, mi estimado lector que: en su intento por derrocar al partido político que está en el poder y con ello frenar su continuidad en el robo de recursos, de pronto surgió la increíble y amañada “coalición”, que no es otra cosa más que la confluencia programada de partidos políticos. Ya ve usted ahora, se ha anunciado la unidad de partidos como el PRI, el PAN y el PRD, para derrocar a MORENA, y aún tienen la esperanza de que se les una el Verde Ecologista y otro desbalagado que busque no perder su registro, toda vez que si no reúnen cierta cantidad de votos quedan fuera de la jugada. De ésta forma es como buscan “repartirse el botín” de nuestro “desgraciado y maltrecho país”, conocido como “el cuerno de la abundancia”, por la enorme riqueza que existe en toda su geografía, aprovechada también por la “agria, escaldosa y apestosa lacra en la que se ha convertido el crimen organizado, que tiene metida su mano absolutamente en tocho morocho.


Tal coalición nació entre PRI y PRD, considerados antaño como el agua y el aceite, químicamente hablando difícil de deluir, pero políticamente se hace posible.

 

 

 

 

Edición: Leticia E. Becerra Valdez

 

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